Lo sucedido este sábado 19 de julio en el Estadio Vallehermoso, en Madrid, con la gran actuación de Elián Larregina en los 400 metros llanos tiene ribetes históricos para nuestro atletismo. No solo por su triunfo –el segundo consecutivo en el GP de la capital española- y por su récord nacional de 44.53, el noveno que consigue en su campaña. Sino porque tuvo la oportunidad de competir con una estrella de la especialidad como es el sudafricano Wayde van Niekerk, poseedor del récord del mundo (43.03 desde los Juegos Olímpicos de Rio 2016). Es cierto que el sudafricano aún no ha podido recuperar su condición física/técnica de aquel momento, en especial desde que sufriera una lesión de rodilla jugando al rugby. Pero al correr ahora nuevamente por debajo de los 45 segundos, demuestra que está a la búsqueda de volver al alto nivel en la especialidad, que también lo tuvo como bicampeón del mundo.
A lo largo de ya más de un siglo de historia de esta prueba, fueron varios los argentinos que tuvieron la oportunidad de competir con las grandes figuras de su momento. Pero no había oportunidad de ganarles…
Juegos Olímpicos de París 1924
Por primera vez la Argentina participó en los Juegos y, en el caso de los 400 metros, contó con cuatro representantes, de los cuales sólo Federico Brewster pudo pasar el turno inicial y participar en cuartos de final. Ninguno alcanzó a competir con quien sería el campeón –y una verdadera leyenda, inmortalizado en la película Carrozas de Fuego- el británico Eric Liddell.
Juegos Olímpicos de Berlin 1936
Allí Juan Carlos Anderson llegó a la final de los 800 metros (único argentino en la historia que lo consiguió) y también participó en los 400, donde poseía el récord nacional. Llegó hasta las semifinales (el único argentino que tuvo ese mérito hasta que Larregina lo igualó el año pasado en París).
Anderson pasó a los cuartos de final y allí quedó 2° con 48.7, detrás del estadounidense Archie Williams, quien luego lograría el título. En semifinales, fue 5° de la serie ganada por el estadounidense Jimmy LuValle, seguido por el británico Godfred Brown, con 47.1 y 47.3 respectivamente. Luvalle se llevó luego la medalla de bronce, escoltando a Williams y Brown. Archie Williams venía de establecer el récord mundial con 46.1 en el campeonato universitario de EE.UU. Pero una lesión sufrida luego de los Juegos, en Suecia, terminó con su campaña deportiva. Se recibió de ingeniero mecánico y tuvo una destacada trayectoria profesional.
Buenos Aires, 1947
En octubre de ese año se disputó el Torneo Internacional de la República, al que asistió el presidente Juan Domingo Perón y que se recuerda especialmente por el récord sudamericano de Alberto Triulzi en los 110 metros con vallas con 14.0 (marca que permaneció más de medio siglo como récord argentino).
La estrella de ese torneo era el estadounidense Malvin Whitfield, quien al año siguiente en Londres ganó los 800 metros y la posta 4×400, y logró el bronce en 400. Retuvo su corona olímpica de 800 en Helsinki 52, donde fue subcampeón con el relevo largo. Y también lo tuvimos de regreso en Buenos Aires, como un astro de los primeros Juegos Panamericanos en 1951: campeón de 400, 800 y posta 4×400.
En su primera visita aquí logró los 400 con 47.7, seguido por el argentino Guillermo Evans con 48.8. Evans, junto a Antonio Pocoví, serían los representantes argentinos en los 400 metros de los Juegos de Londres 48. Allí Evans corrió en la serie con otra leyenda, el jamaiquino que iniciaría la gloria del atletismo en su país: Herb McKenley (en la final de 400 de esos Juegos, McKenley escoltó a su compatriota Arthur Wint).
Juan Carlos Dyrzka
Dyrzka en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y México 1968
En la capital de Japón, Juan Carlos Dyrzka venía disgustado por su eliminación en los 400 metros con vallas, donde era uno de los favoritos. Pero ingresó a los 400 llanos y quedó sexto en su serie (48.3), ganada por el polaco Andrzej Badenski con 46.4. Este llegaría a la medalla de bronce en la carrera decisiva.
En México, en cambio, Dyrzka tuvo una gran performance en 400 vallas, siendo el primer sudamericano en bajar los 50 segundos y alcanzado las semifinales. También corrió en los 400 llanos y llegó a cuartos de final. Allí fue 7° con 46.85, constituyéndose en el primer argentino en bajar los 47s con cronometraje electrónico. En su misma serie estaba el estadounidense Lee Evans quien, pocas horas más tarde, iba a conquistar la medalla dorada con un récord mundial de 43.86, que permaneció imbatible durante dos décadas.
Lee Evans, México 68
Juegos Panamericanos 67 y 71
Calonje, quien asistió a los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967. Evans ganó su serie con 45.81 –allí Calonje fue 5° con 48.12- y más tarde la medalla de oro con 44.95. Calonje siempre evocó aquella carrera, que era su primera aparición en el alto nivel internacional: “No tenía ninguna experiencia, salí como ‘un loco’ y traté de seguirle el ritmo a Evans. Me fundí…”.
En los siguientes Juegos Panamericanos (Cali 1971), Alberto Gajate –atleta de Chacabuco, que también se especializaba en los 800 metros- quedó 4° en la primera serie con 48.55 y allí el vencedor fue el estadounidense John Smith con 47.49. Smith ganó la medalla de oro con 44.60 y era el gran favorito para los Juegos Olímpicos de Munich. Una lesión lo dejó afuera y, más adelante se convirtió en uno de los principales entrenadores de velocidad en Estados Unidos: Maurice Green y Ato Boldon estuvieron entre sus dirigidos.
La era Larregina
Los progresos de Elián le han permitido enfrentar a las estrellas de los últimos años. Por ejemplo, participó en el Mundial de Budapest 2023 y allí marcó 45.42 en su serie, que fue ganada por van Niekerk, seguido por el británico Matthew Hudson-Smith (campeón europeo y luego subcampeón olímpico). En los Juegos de París, Elián hizo su debut en una serie ganada por el estadounidense Quincy Hall (luego campeón con su formidable recta final). Tras pasar el repechaje, Elián llegó a semifinales y allí quedó 6° con 45.02, en una prueba que ganó otra leyenda, el ex campeón olímpico y cuatro veces finalista Kirani James (Grenada). El segundo lugar de la misma serie correspondió a Muzala Samukonga, de Zambia, revelación en París con su medalla de bronce.
Wayde van Niekerk
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Fuente: “400-El historial” por Rubén Aguilera / Eduardo Biscayart / Luis Vinker, en Biblioteca Digital de Atletismo Sudamericano.