POR LUIS VINKER
Los 44 segundos y 93 centésimas sobre 400 metros llanos conseguidos este viernes 21 de junio en el Estadio Vallehermoso de Madrid por Elián Gaspar Larregina no sólo arrasaron con su récord nacional, le sirvieron para obtener su pasaporte directo a los Juegos Olímpicos de París y para batir a varios velocistas de primera internacional, sino que constituyen una de las más grandes marcas logradas por un argentino en el atletismo moderno.
El meeting madrileño reúne a más de veinte medallistas del reciente Campeonato Europeo de Roma, siendo una de las últimas oportunidades de clasificación olímpica. Y así lo aprovechó Larregina quien, tras una reciente incursión de 45.83 en Troyes (Francia), ahora se convirtió en el primer argentino por debajo de los 45s para la vuelta a la pista, una de las disciplinas más exigentes del programa atlético. Y une su nombre al de las maratonistas Florencia Borelli y Daiana Ocampo, también clasificadas por marca para París, en tanto otros atletas aguardan hasta fin de mes con la posibilidad de ingresar por ranking a la cita olímpica.
Dueño de un talento poco común para esta especialidad -una de las más duras y competitivas del atletismo- Larregina ya había sido el primer argentino en correr por debajo de los 46 segundos. Y ahora arrasó con otra barrera (los 45s.00), dejando atrás su récord de 45.27 logrado el pasado 11 de mayo en Cuiabá, Brasil, donde fue el único representante de nuestro país que triunfó durante el Campeonato Iberoamericano. Contando con la guía técnica de Javier Morillas, la temporada se presentaba prometedora para este velocista. Sin embargo, en marzo sufrió un desgarro antes de una competición de postas en Paraguay y toda la planificación con vistas a los Juegos parecía malograrse. “Estaba muy bien en aquel momento -comentó su entrenador- y hubo que frenar todo. A cinco días del Ibero, no teníamos la seguridad de que iba a participar. Sin embargo, lo hizo y en qué forma…”. Después de ese triunfo, surgió la necesidad de un mini-tour europeo, que incluyó una presentación el domingo pasado en Troyes (Francia) donde quedó 3° con 45.83. Y ahora en Madrid, donde se daban cita varios velocistas con antecedentes por debajo de 45s.
En la pista de Vallehermoso, tradicional “templo” del atletismo español, Larregina triunfó con los citados 44.93 para la vuelta a la pista y dejó en el segundo puesto a Liemarvin Bonevacia (Países Bajos), quien venía de logar la medalla de bronce en el Campeonato Europeo, en Roma, y que ahora marcó 45.07. El tercer puesto fue para el sudafricano Zakith Nene con 45.20 y luego se ubicaron el italiano Luca Sito con 45.29 y el belga Dylan Borlée con 45.37. Así, en un Estadio que décadas atrás -en un Ibero- contemplara la jerarquía de nuestros héroes de los ’60 como Osvaldo Suárez y Juan Dyrzka, ahora Larregina repone la calidad del atletismo nacional.
Poco después se disputaron los 200 metros llanos y allí otro ascendente sprinter argentino, Juan Ignacio Ciampitti (reciente subcampeón del Ibero) ocupó el 5° puesto con 20.62. El triunfador fue el sudafricano -y recordman mundial de 400- Wayde van Niekerk con 20.29, seguido por su compatriota y astro del hectómetro, Akani Simbine. Otra argentina que participó este viernes en Madrid fue Carolina Lozano, 12a. en los 1.500 metros llanos con 4:29.76
“Estoy muy agotado, pero muy feliz… Salí dispuesto a todo, lo tenía delante al español como referencia y salí a jugarme, a hacer lo máximo que pudiera. Y por suerte, cuando llegamos arriba, a la zona de definiciones, pude mantener el ritmo. Desde hace tiempo sentía que -si se me daba la oportunidad, con buenos rivales y un clima así- iba a bajar los 45 segundos”, nos dijo Larregina después de su hazaña.
A pesar de los distintos contratiempos que sufrió en su campaña, la progresión de Larregina fue constante, confirmando así los pronósticos desde su fulminante aparición juvenil. Corrió por primera vez debajo de 45s. hace tres años, al ganar en Concepción del Uruguay con 45.87. Al año siguiente fue una de las figuras de la Selección Argentina en los Juegos Odesur, en Asunción, con 45.80 y también obtuvo el Sudamericano u23 en Cascavel, agregando otro título en la posta larga. En 2023 logró la medalla de plata en el Sudamericano de mayores en Sao Paulo, siendo así el primer argentino en más de medio siglo que obtenía una calificación tan alta sobre 400 metros llanos. La gira europea de la misma temporada le permitió reducir el récord a 45.34 en Bélgica y clasificar por primera vez a un Campeonato Mundial, en Budapest, donde señaló 45.42 en su serie. Y corona este ascenso con el mencionado título del Ibero y su récord debajo de este viernes.
Un siglo atrás, cuando la Argentina llegó por primera vez a una cita olímpica, justamente en París, contó con representantes en los 400 metros llanos (Félix Escobar, Emilio Casanovas, Federico Brewster, Francisco Dova). Entre sus sucesores se destacó Juan Carlos Anderson, semifinalista de la prueba en Berlin 1936, además de finalista en 800. «Juansón» Dyrzka también atravesó una ronda de los 400 llanos en México 68 y el último de nuestros representantes hasta ahora era el bahiense Gustavo Aguirre en Sydney 2000. Y acaso como un merecido homenaje a aquellos precursores -que también fueron los primeros de la región en bajar de 50 segundos- ahora también el atletismo argentino tendrá su hombre en los 400, la vuelta a la pista…