La temporada del 2024 asomaba con dificultades para nuestro atletismo, principalmente por el condicionante económico. Sin embargo, el esfuerzo de toda la comunidad atlética del país –deportistas, sus familiares, entrenadores, también árbitros, directivos y asistentes, cada uno en su rol- permitieron llevar adelante tanto la programación y, con un gran esfuerzo, la participación de los valores más destacados en los compromisos internacionales.
Si bien en la categoría de “mayores” no se alcanzó en varias pruebas el rendimiento (marcas) de temporadas anteriores, sí se dieron resultados alentadores. El movimiento fue muy intenso en todas las áreas, desde pista y campo hasta la calle/ruta, cayeron algunos récords de larga data, comenzó a brillar una nueva generación que asomó en los Campeonatos Sudamericanos y hubo, en el primer plano, dos figuras descollantes: Elián Larregina y Florencia Borelli.
La atleta marplatense se ha consagrado definitivamente como la mejor fondista de nuestro historial. A su amplia colección de títulos y récords, le agregó en este 2024 otros de singular valía. Primero fue su récord sudamericano de maratón en Sevilla con 2:24:18, que le dio por marca la clasificación olímpica (cada vez más dura). Y luego se apoderó del récord sudamericano de los 10 mil metros llanos en pista, en San Juan Capistrano, un récord del que volvió a estar muy cerca en la “London Night”.
Larregina, ese talento surgido del interior profundo bonaerense (Suipacha) y que ya venía moviendo la estantería en una especialidad tan exigente como los 400 llanos, se recuperó –casi increíblemente- de un desgarro sufrido en marzo. Y conquistó la prueba en el Iberoamericano de Cuiabá, donde fue el único atleta argentino con una dorada y el primer sprinter de nuestro país que gana un “400” de nivel continental por más de medio siglo. Lo hizo llevando su récord a 45.27. Ese fue su trampolín hacia una mini-gira europea que le permitió, en Madrid, convertirse en el primer argentino en atravesar la frontera de los 45 segundos: 44.93. También significó su automática clasificación por marca a los Juegos.
Ya en el compromiso máximo, en París, y tras un comienzo dubitativo, Larregina accedió a semifinales, siendo así el primer argentino en lograrlo en casi ocho décadas (Juan Anderson en Berlin 1936 había sido el anterior).
Para los mismos Juegos, Borelli volvió a contar con la compañía de otra de las bravas fondistas argentinos que tanto progreso exhibieron en estos años, Daiana Ocampo, quien en un esfuerzo notable alcanzó la marca mínima en Hamburgo. Borelli y Ocampo corrieron el maratón olímpico –por clima y circuito, durísimo- en marcas aceptables (2:29:29, 2:32:02) y, dentro de lo esperado, lo mismo sucedió con los otros atletas argentinos, además de Elián (Joaquín Gómez en martillo, Nazareno Sasia en bala) en tanto Belén Casetta quedó algo por debajo en su tercera experiencia en Juegos.
Si repasamos todo el panorama de pista y campo a lo largo del 2024 –que tenía como epicentro los JJOO para la elite y el Ibero para el seleccionado nacional- aparecen otros nombres relevantes. Franco Florio comenzó a recuperar terreno en la velocidad pura, tras la lesión que lo frenó en la temporada anterior (10.32 fue su mejor marca en el tour europeo), pero el nombre que brilló ahora fue el de su compañero de Quirón, Juan Ciampitti, al conseguir la medalla de plata de los 200 llanos en Cuiabá con el segundo registro de nuestro historial: 20.48. También con gira europea y un total de siete performances por debajo de los 21s con viento legal, Ciampitti está en franco progresión, mientras que entre los nombres nuevos la nota la dio el puntano Tomás Villegas con la medalla de plata en el Sudamericano u23 de Bucaramanga.
Un dato destacable en las pruebas de pista fue –si bien no hubo “super registros” además de los citados de Larregina o Ciampitti- creció la “cantidad en calidad”. Es decir, una alta participación y un gran nivel de conjunto, algo que ya se venía notando en pruebas como los 1.500 llanos, pero que ahora se da en casi todas las especialidades de pista. Un ejemplo, es contar con veinte velocistas por debajo de 49.00 en los 400.
Dentro de ese panorama, y con importantes perspectivas de futuro, pueden mencionarse al mediofondista de Junín, Uriel Rodrigo Muñoz, o a los dos fondistas que vienen desarrollando su campaña en el circuito universitario USA, Dylan van der Hock y Matías Reyanga. Muñoz se despidió a toda orquesta de la categoría junior con las segundas mejores marcas del historial (1:49.34 en 800, 3:44.84 en 1.500), además de quedarse con los títulos sudamericanos y demostrar gran jerarquía en las competencias. Ahora, concentra sus pasos en Puerto Rico, donde se radicó para representar a la Universidad Interamericana. Van der Hock y Reynaga establecieron las mejores marcas de la temporada en 5.000 y 10.000 respectivamente, y esperemos que –una vez concluido el ciclo universitario- puedan mantenerse en la competición.
Ya retirado Agustín Carrera, eje por más de una década de los 110 metros con vallas, el relevo lo tomó el mendocino Renzo Cremaschi, quien pudo bajar los 14s. Y en esa prueba, sobre el final de temporada, la revelación fue el junior Francisco Ferreccio con sus 14.28.
El panorama no fue tan dinámico en las pruebas de campo, donde nombres como Carlos Layoy en alto y Maxi Díaz en triple (éste superando su récord nacional con 16.62) se mantienen en lo más alto de sus pruebas, lo mismo que Sasia en bala o Gómez en martillo, entre otros.
En el sector femenino, Florencia Lamboglia mantuvo su condición de primera figura de la velocidad y sus 23.54 en 200, logrados en Malta, resultaron su mejor producción. La nota la dio la rionegrina Martina Escudero, otra de las que cumplió su “aventura” europea con el premio de batir uno de los más antiguos récords nacionales, con sus 2:02.75 en los 800. En el sector de lanzamientos, Ailén Armada se mantiene como la número 1 en bala y disco, y allí asoma el nombre de la mendocina Florencia Dupans –también radicada y estudiando en USA, en su caso en Oklahoma- como un nombre de futuro próximo.
Muy significativo fue el rendimiento que tuvieron los seleccionados nacionales durante los Campeonatos Sudamericanos de todas las categorías promocionales: u18 recientemente en San Luis, u20 en Lima y aún el u23 en Bucaramanga, en todos los casos alcanzando –y hasta superando- un tercer puesto de puntaje y medallero dentro del concierto regional. La camada anterior de cada categoría había dejado la vara alta, pero los que compitieron en el 2024 lo hicieron con calidad y perspectivas.
Los juveniles en Lima cosecharon ocho medallas de oro, otras tantas de plata y 4 de bronce, y dejaron atrás un récord de más de cuatro décadas (el 4×400 femenino con 3:45.22). Muñoz con su doblete de 800-1500, Isabel Conde de Frankenberg en los 800, Helen Bernard Stilling en los 100 metros con vallas, Carolina Scarponi en garrocha, Giuliana Baigorria en martillo, Milagros Rosas en jabalina y Renata Godoy en heptathlon triunfaron allí, y varios de ellos volvieron a ser protagonistas meses más tarde en el u23 de Bucaramanga. En la “ciudad bonita” de Colombia, la Argentina logró 4 doradas (con Juan Arriéguez en bala, Tomás Olivera en martillo, Helen en 400 vallas y Dupans en disco), además de llevarse tres de plata y cuatro de bronce. Estos son los nombres que en poco tiempo ocuparán los primeros planos y que ya vienen brillando. En el caso de Isabel Conde de Frankenberg, “reclutada” ahora por una de las más fuertes y tradicionales universidades USA como es Oregon, o Helen Bernard Stilling, surgida en Lomas de Zamora, con un notable rendimiento a lo largo de todo el 2024 y despidiéndose de la categoría junior con las plusmarcas en 100 y 400 vallas.
Ese programa en las categorías formativas culminó hace pocos días cuando, también con gran decisión, esfuerzo y superando múltiples dificultades, se pudo concretar el Sudamericano u18 en San Luis, donde la selección argentina obtuvo el segundo lugar en el puntaje conjunto y logró otras seis doradas a través de Luigi Valenza en los 400 metros, Salvador Lucero en 2.000 con obstáculos, Lucas Miño en disco, Irene Pernía en los 3.000 llanos, Angelina Muga en heptathlon y, como gran figura, Carmela Cocco con récord nacional en martillo.
Al igual que la programación de pista, el calendario de calle/ruta volvió a ser intenso y permite extender al atletismo como un deporte masivo. No solo teniendo en cuenta el nivel de competencia, sino acercando nuevos cultores como un saludable movimiento de actividad física.
Si la dupla Borelli-Ocampo marca el rumbo entre las damas, hay que resaltar también el progreso de Chiara Mainetti, con su registro en Sevilla y luego con su título sudamericano obtenido en el marco del maratón de Buenos Aires.
Entre los hombres, el nombre dominante fue el del mendocino Ignacio Erario. Tuvo una actuación espectacular en el 21k de Buenos Aires, con un registro de 1:01:11, que es el segundo mejor de la historia de nuestro país y el mejor en suelo nacional, en una carrera donde también fue el mejor detrás de la “legión africana”. Erario también había incursionado por segunda vez en el maratón, corriendo en difíciles condiciones –clima lluvioso y andar en solitario- en el Pampa Traviesa, lo que aumenta el mérito de sus 2:12:55, que también lo ubican entre los mejores del historial. Volvió a intentarlo en el maratón de Buenos Aires pero, en una jornada cálida y húmeda, declinó luego de promediar la carrera y quedó como subcampeón sudamericano, escoltando al peruano Ulises Martin-Ambrocio.
Lo cierto es que las carreras de calle/ruta tuvieron su ya acostumbrada dinámica y alcanzaron el cenit nuevamente con el 21k de Buenos Aires y el Maratón Internacional de la ciudad, las más convocantes de Latinoamérica y las de más alto nivel técnico. En el caso del 21k de Buenos Aires, la ganadora en damas fue nada menos que la keniata Ruth Chepngetich: en una jornada muy fría, estableció el récord del circuito (1:05:58). Y (¿nadie en el mundo?) imaginaría que apenas seis semanas más tarde, en Chicago, Chepngetich iba a establecer un récord revolucionario, probablemente uno de los más espectaculares en la historia del atletismo: la primera mujer en bajar las 2 horas y 10 minutos en maratón… “Buenos Aires fue una gran preparación” comentó Ruth, quien ya había corrido un año antes en nuestra capital, ocupando entonces el tercer puesto. Inolvidable, histórico.
Rosario, Mendoza, Mar del Plata y Santa Rosa también se confirmaron como sedes tradicionales de nuestras máximas competencias en largas distancias.
A lo que ya constituye el andamiaje tradicional del atletismo, hay que resaltar que se acopló, en estos últimos tiempos, el creciente movimiento de las pruebas de montaña y ultramaratón. Dos de los paisajes más atractivos del país como Villa La Angostura y Villa de Merlo fueron la sede para los Campeonatos Sudamericanos de Trail y Montaña 2024, donde los equipos nacionales también mostraron buen rendimiento. La pista de Mar del Plata, por su parte, recibió una de las etapas del circuito de los ultramaratonistas (Copa de las Américas por el calendario de la Unión Internacional) y hace pocas semanas nuestros mejores especialistas, liderados por Santiago Trull, participaron del Mundial de 100 km en Bangalore, India.