La final de los 800 metros llanos fue una de las más importantes en los Juegos Olímpicos de Munich, en 1972. Se la recuerda especialmente por la remontada que produjo el estadounidense Dave Wottle, quien había pasado muy rezagado –y en el último puesto entre los ocho competidores- luego de la primera vuelta. A la altura de los 600 metros, estaba en el sexto lugar. Sin embargo, consiguió progresar para superar en la línea de sentencia al favorito, Evgeni Arzhanov (Unión Soviética) y ganar en 1:45.82.
Wottle, en realidad, era un especialista en los 1.500 metros/la milla, que entrenaba en la universidad Bowling Green. Y su aparición en 800 fue totalmente inesperada, desde que estableciera el récord del mundo con 1:44.3 en losTrials de Eugene, en julio.
Ahora World Athletics, a través de una nota del experimentado periodista Olaf Brockmann (Austria) –quien también nos ayudó a la reconstrucción de las historias de Juan Carlos Zabala y Osvaldo Suárez- reveló el “backstage” de aquella gran carrera.
La misma se puede ver en YouTube (el video es un éxito) y en el final se lo ve a Wottle saludando al corredor alemán Franz-Josef Kemper, quien terminó cuarto, detrás del keniata Mike Boit.
Y detrás de esa imagen, hay una historia que acaba de salir a la luz en estos días:
Momentos antes de la prueba, uno de los jueces le advirtió a Wottle que sería descalificado ya que sus zapatillas tenían más clavos que la cantidad permitida. Necesitaba una llave para quitar los clavos y Kemper se lo consiguió… aunque luego le costaría quedar fuera del podio.
El reglamento indicaba que las zapatillas podían tener hasta un máximo de ocho clavos cada una (seis en la suela, dos en el talón). Las zapatillas de Wottle tenían nueve clavos.
“Nunca olvidé el gesto de Kemper y le estoy agradecido por su ayuda. Su amabilidad en este momento crítico simbolizó el verdadero significado de los Juegos Olímpicos para mí”, comentó Wottle en la entrevista para W.A..
En los 800 metros de aquellos Juegos Olímpicos también participó un atleta argentino, el entrerriano Carlos Angel Dalurzo: con sus 19 años fue el más joven olímpico del historial argentino/masculino hasta la aparición de Braian Toledo en Londres 2012.
Dalurzo había surgido como una magnífica promesa en la temporada anterior, cuando conquistó la medalla de oro del Campeonato Sudamericano en Lima, siendo todavía “junior” y batiendo a experimentados corredores. Recibió una beca que le permitió entrenar en Alemania para los Juegos y allí estuvo en la quinta serie donde consiguió la mejor marca de su vida: 1:50.6. Ocupó el 5° puesto, en la misma eliminatoria ganada por Arzhanov, el soviético que era gran favorito y por milésimas se quedó sin la medalla de oro ante Wottle.
